Nuestra iniciativa surge del recuerdo y la añoranza de las antiguas ventas de los pueblitos, que existían y aún perduraban en toda la geografía canaria.
Esas ventitas donde podías encontrar casi todo, y que ayudaron a muchas familias a salir hacia adelante con aquella libreta de “fiados”, donde las madres compraban a crédito y le iban pagando poco a poco.
Suponían el encuentro entre los niños y los mayores, donde igual te compraban un “pirulí” o se bebían un vaso de vino después de comprar unas alpargatas.
¡Quién no tuvo esa experiencia esos años!, donde te sabías más el nombre de la dueña de la venta que el de tu propia madre, “Ká Rosa, Ká Angelita, Ká pepito, Ká teresita…”.
Con nuestro local, hemos querido de algún modo rememorar el espíritu de aquellos años donde todos mayores y niños, se reunían por las tardes en torno a esas VENTITAS, ¡porque era lo que había!
Mi más sincero homenaje a todas aquellas personas que regentaron esas encantadoras “VENTITAS DE PUEBLO”